Es un dispositivo láser que emite una luz de una longitud de onda de 10.600 nm y cuya diana de impacto es el agua de los tejidos. Su aplicación sobre la piel produce la eliminación instantánea del agua tisular y la fulguración de la zona de impacto. Habitualmente se emplea para eliminar lesiones cutáneas exofíticas -que sobresalen- (queratosis seborreicas, fibromas, nevus melanocíticos intradérmicos…) o bien para realizar la destrucción de lesiones de profundidad intermedia (dermis), como los xantelasmas, las hiperplasias sebáceas o los puntos de Fordyce.
Sin embargo, posee muchas otras indicaciones. Entre ellas destaca la aplicación de la modalidad “fraccionada” del láser de CO2, que se emplea para el rejuvenecimiento de la piel y también para el tratamiento de cicatrices (de acné, por quemaduras o quirúrgicas). Con la modalidad fraccionada, en vez de emitir un único rayo de luz, este se divide en numerosos haces que impactarán dentro del área a tratar, dejando columnas de piel tratadas intercaladas con columnas de piel normal. Se asemeja a la forma en que sale el agua en una ducha: cuando giramos hacia un lado la “alcachofa” del grifo sale un único chorro potente de agua, y cuando lo giramos hacia el otro el chorro se divide en muchos otros que individualmente son más débiles que el primero. El fraccionamiento del láser permite aumentar la seguridad y la comodidad del proceso conservando un elevado índice de eficacia.
Entendemos por resurfacing a la formación de una nueva piel después de eliminar la antigua mediante el uso de un láser. Esta renovación permite hacer desaparecer o mejorar todos los signos propios del envejecimiento de la piel: manchas marrones y rojas (lentigos, telangiectasias), arrugas, flaccidez y descolgamiento, sustituyéndolos por una piel nueva. La formación de una nueva capa de piel permite fabricar una gran cantidad de colágeno nuevo y tensar la piel de forma más que notable (efecto lifting o skin tightening).
Aunque la gran mayoría de veces el uso del resurfacing es estético, posee también una indicación médica, ya que la formación de una nueva piel permite también eliminar el daño solar acumulado y las lesiones cutáneas premalignas (queratosis actínicas). Por lo tanto tiene también una acción terapéutica muy efectiva, en especial cuando existen zonas afectadas amplias (cuero cabelludo, cara o escote).
El resurfacing con láser fraccionado ablativo es, a día de hoy, el tratamiento antienvejecimiento que consigue mejores resultados estéticos y con el que todos los otros se comparan (es el “gold standard”). La renovación de la piel obtenida con el resurfacingprovoca una disminución muy importante en los lentigos (manchas solares), las telangiectasias (capilares), las arrugas (de la frente, del entrecejo, de las patas de gallo, de los párpados, del código de barras), la flacidez (de la cara, del cuello, de la papada), el tamaño del poro y el brillo de la piel. No hay ningún tratamiento estético tan efectivo ni completo como el resurfacing, ya que trata todos los signos de envejecimiento y no sólo algunos de forma aislada (como hacen por ejemplo la toxina botulínica, que sólo mejora las arrugas; los rellenos, que sólo mejoran los surcos y arrugas estáticas). Asimismo, es el más eficiente: con una sola sesión se obtiene más resultado que con una de cualquier otro tratamiento estético. Los efectos estéticos se empiezan a percibir a la semana de haber realizado el tratamiento (una vez se han desprendido las costras de las erosiones), aumentando la mejoría durante un periodo de hasta seis meses. Los efectos conseguidos son permanentes.
Según estudios médicos, se calcula que entre el 11% y el 16 % de la población tiene sobre su cuerpo algún tipo de cicatriz provocada, fundamentalmente, por operaciones quirúrgicas, cirugías, traumatismos o accidentes. A veces, estas cicatrices se muestran en lugares muy visibles y por ello preocupa más su eliminación, ya que siempre resultan antiestéticas para el que las padece.
La destrucción tisular que originó la cicatriz fue de tal intensidad que el proceso de reparación no es capaz de "volver a rellenar" el defecto de tejido por completo. Esto es típico de las cicatrices de acné, que a veces simulan un piqueteado en la piel con forma de "U".
Las cicatrices atróficas son las más beneficiadas de los avances en tecnología láser como Láser CO2 Fraccional Ablativ que trata tanto la epidermis como la dermis y requiere algún tiempo de convalecencia.
Las cicatrices de acné son un problema muy frecuente que afecta gran parte de la población. Este tipo de cicatrices, por sus características, son las más difíciles de eliminar, por lo que requieren atención especializada y el uso de distintos tratamientos para conseguir unos resultados óptimos. Aunque no es posible su eliminación al 100% en la actualidad con ningún tratamiento, la aparición de nuevos láseres fraccionados ha supuesto una revolución en su manejo y se calcula que se pueden conseguir mejorías entre el 50 y el 80%.
En la actualidad los láseres fraccionados son la opción más segura y con mejores resultados en el tratamiento de las cicatrices de acné. Con ellos conseguimos realizar cientos de microcolumnas de coagulación en el tejido, que estimulan la reparación y formación de colágeno en la piel dañada, haciendo que mejore notablemente el aspecto de la misma. Dentro de los láseres fraccionados tenemos:
Láser fraccional ablativo de CO2: tiene la capacidad de llegar a gran profundidad en la piel, estimulando con eficacia la formación de colágeno que consiga reparar las cicatrices produce pequeñas costritas en la cara que desaparecen en pocos días. Está indicado en cicatrices más marcadas.
Un accidente por quemadura puede ocasionar un alto impacto emocional, tanto por las molestias que provoca la primera fase de abordaje quirúrgico como por las cicatrices. Éstas, además del componente estético, actúan como un recordatorio constante del accidente.
Las cicatrices por quemadura son lesiones fruto de un accidente que puede afectar a las distintas capas cutáneas:
La mayoría de este tipo de accidentes se producen por quemaduras en el ámbito doméstico, la mayoría de ellas con aceite o agua hirviendo o por el uso de electrodoméstico como la plancha, aunque también hemos tratado quemaduras por deflagraciones en minas, por ácido sulfúrico en operarios de limpieza y fontaneros o por explosiones de gas.
Las cicatrices por quemadura suelen presentar relieve. Producen sensación de tirantez y en ocasiones pueden limitar la funcionalidad de movimientos. Por ejemplo, cuando se producen en el cuello pueden limitar la flexoextensión de éste, así como su rotación.
Este tipo de cicatriz puede tratarse mediante diferentes técnicas, desde la infiltración de corticoides hasta la extirpación quirúrgica, pasando por el tratamiento con distintos tipos de láser.
El tratamiento óptimo es el que mejor se adapta a las características de cada cicatriz, es decir, a su extensión, localización o grado de evolución, entre otras.
La elección de una u otra técnica es totalmente individualizada, hay que valorar las necesidades específicas de cada paciente, así como sus preferencias. Para ofrecer el mejor tratamiento personalizado, contamos con la experiencia que proporcionan la práctica y la formación continua, así como con la plataforma tecnológica láser más completa.
Fruto de la labor de investigación, hoy por hoy podemos afirmar que el láser fraccional ablativo de CO2 ofrece resultados satisfactorios en cuanto la remodelación de la piel lesionada, la recuperación de parte de la flexibilidad y la mejoría estética de la cicatriz.
El principal factor que interviene en la mejora de las cicatrices por quemaduras es el reordenamiento y la nueva producción de colágeno, dos de los objetivos del tratamiento con Láser fraccionado ablativo de CO2.
Las moléculas de agua presentes en la dermis absorben la energía del láser CO2, que se aplica mediante haces microscópicos de luz separados unos de otros. La fototermólisis o efecto térmico del láser estimula la producción de nuevo colágeno y la reestructuración de las fibras elásticas ya presentes, lo que influye en la remodelación del tejido y en la flexibilidad de la piel.
Se ha observado que la administración transepidérmica de determinados principios activos, como el ácido retinoico, puede mejorar el resultado de las cicatrices por quemaduras, ya que este tipo de sustancia activa participa en el proceso de formación de colágeno.
Para mejorar las cicatrices por quemadura suelen ser necesarias varias sesiones que se aplican espaciadas unas de otras con un intervalo de aproximadamente 4 ó 6 semanas.
La sesión suele tener una duración inferior a los 30 minutos, aunque varía en función de la extensión de la lesión. Tras la sesión, la zona tratada puede presentar enrojecimiento o inflamación que remite en los siguientes días.
El paciente puede retomar su actividad habitual inmediatamente después de la sesión y se recomienda seguir todas y cada una de las pautas indicadas por nosotros, como la protección solar o el cuidado doméstico de las cicatrices tras la sesión.
El resultado del tratamiento con el Láser de CO2 puede mejorar diferentes factores de la cicatriz por quemadura, como su color, su relieve, la flexibilidad de la piel o su apariencia estética general.